Vince McMahon ha sabido manejar el negocio de la WWE durante mucho tiempo, desde la Era Dorada hasta la actual Era PG, pasando por la gran Attitude Era y la Rutlhles Agression.
Sin embargo, hay decisiones que se pueden tachar de cuestionables por parte de los aficionados de WWE. Donde luchadores fueron desaprovechados por un tiempo, o simplemente nunca fueron bien aprovechados de la mejor manera. Éste podría se ser el caso de Daniel Bryan, quien estuvo tan bloqueado por la empresa que no fue autorizado a estar en los planes titulares de WrestleMania 30 hasta varias semanas antes del evento. O casos como el del talentoso Cesaro, a quien se le ha esperado un merecido push.
Pero el que ha tenido todo lo contrario es Roman Reigns. El luchador no cuenta con el apoyo de gran parte de los aficionados de WWE para ser la nueva cara de la empresa, eso es una realidad. Resulta que su principal ascendente es Vince McMahon, así que su ascenso a la categoría de icono es casi un hecho. El informador Dave Meltzer, de WRESTLING OBSERVER, ha confirmado que Reigns será el sustituto de John Cena:
"Ahora mismo, el plan es que Reigns siga adelante y se convierta en el técnico por excelencia de la compañía para los años venideros" declaró.
El punto en contra más importante en el plan es que Reigns no es considerado una estrella tan influyente como Cena. Los abucheos del público han crecido cada vez más, y eso que Reigns es un técnico claro. Y tampoco ayuda que por segunda vez consecutiva se encuentre en el main event de WrestleMania por el Campeonato Mundial Pesado de la WWE.
Además, las recaudaciones de dinero que trae el luchador samoano no son ni de lejos cercanas a las de John. Y muchos han hablado de lo prematuro que es el ascenso de Reigns.
Desde su debut junto a The Shield en 2012, Reigns ha sido una vez Campeón en Parejas, ganador del Royal Rumble 2015 y 2 veces Campeón Mundial Pesado de la WWE.
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