Los luchadores de WWE están a merced de sufrir lesiones que los alejan por un tiempo de lo que más aman. Sin embargo, hay casos más severos en los que el retiro se vuelve eterno, o que implica daños permanentes o hasta la muerte. Este es uno de esos casos.
Tras su trágica lesión en la médula espinal en un house show en 2015, Tyson Kidd estuvo al borde de la muerte y se sometió a una operación muy complicada.
El pasado 4 de febrero, Dave Meltzer, de Wrestling Observer aclaró lo siguiente en Twitter:
"Él no va a luchar de nuevo".
Hasta ahora igualmente la WWE no se ha manifestado al respecto. Esperemos nuevas novedades y buena suerte para Kidd en su nueva forma de vida.
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